lunes, abril 21, 2008

La noche del cambio en Paraguay


Luis Fajardo
Enviado especial de BBC Mundo Asunción/Servicios Google

Miles de personas celebraron en las calles de Asunción el triunfo, en las elecciones presidenciales paraguayas, del candidato opositor de la Alianza Patriótica para el Cambio, Fernando Lugo.

Éste obtuvo una clara victoria sobre la candidata del Partido Colorado, Blanca Ovelar, y finalizó el mandato del partido que llevaba más tiempo en el poder en todo el mundo.

Las instituciones electorales de Paraguay cumplieron con el desafío que les imponía organizar y velar por el adecuado desarrollo de estas cruciales elecciones, que, al decir de los observadores internacionales, fueron limpias y ejemplares.

María Emma Mejía, jefa de la misión de la OEA para estos comicios, le dijo a BBC Mundo, en la tarde del domingo, que pese a los augurios de fraude y desorden que se habían tejido en torno a la elección en días anteriores, el cumplimiento de las instituciones paraguayas fue "total".

Para ese momento, ya estaba en pleno funcionamiento el sistema de conteo rápido que aclaró los resultados pocas horas después de cerradas las urnas.

Organización electoral

Al entrar la noche, una pequeña parte del andamiaje electoral llamaba la atención a la prensa acuartelada en la sede del Tribunal Superior de Justicia Electoral, en Asunción.

La policía había cerrado la principal vía de acceso al edificio.

Y a esa hora sólo transitaba por la vía un largo convoy de motocicletas, que llegaban de distintas localidades con la información electoral lista a ser computada.

Temprano en la noche del domingo, ya se habían difundido los resultados que dejaban en claro el triunfo de Lugo.

Se había evitado el escenario que muchos temían, el de una demora prolongada en definir el ganador, situación que habría podido llevar a cuestionamientos y acusaciones de fraude.

Alta participación

Mejía también destaco a BBC Mundo la alta participación ciudadana, que se estima superó el 60%.

Es claro que Lugo ha recibido un mandato fuerte de la ciudadanía, aunque su nombre tampoco convoca unanimidad en Paraguay.

El ex obispo y presidente electo probablemente habrá sido elegido con menos de la mitad de los votos depositados.

Contados cerca de 92% de los sufragios, Lugo obtuvo aproximadamente el 40%, frente al 30% de Ovelar y el 20% del ex general Lino Oviedo.

Todavía está por definirse la composición del legislativo, cuyos miembros también eran elegidos el domingo.

Así que está por verse el margen de maniobra política que tendría Lugo para efectuar sus anunciados cambios en la sociedad paraguaya.

El frente internacional

Uno de los aspectos que más interesará del comienzo del gobierno de Lugo será el frente internacional.

Paraguay, bajo el presidente saliente Nicanor Duarte Frutos, era visto como un país relativamente cercano a Estados Unidos.

Lugo insiste en que no es el radical que algunos describen y declaró -en su primera conferencia de prensa, minutos después de conocerse los resultados electorales- que le interesaba mantener buenas relaciones con la comunidad internacional.

Las frecuentes alusiones por parte de sus opositores de campaña a una supuesta ayuda del gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez durante las elecciones, nunca se materializaron en pruebas.

Sin embargo, es factible que una de las polémicas iniciales de su mandato tenga que ver con la posibilidad de que Lugo aplique una política similar a las utilizadas por el mandatario venezolano: la renegociación del valor por el que vende sus recursos energéticos a países o empresas extranjeras.

Uno de los temas centrales de la campaña fue el del valor que paga Brasil por la energía hidroeléctrica producida en la represa binacional de Itaipú.

Muchos paraguayos esperan que Lugo impulse negociaciones con sus vecinos brasileños para recibir una mayor compensación económica a cambio de los excedentes energéticos exportados.

Luna de miel

Por el momento, Lugo probablemente contará a su favor con la felicidad que produjo entre muchos paraguayos el fin de la era de gobiernos ininterrumpidos del Partido Colorado.

Muchas de las personas que celebraban por las calles en el centro de Asunción, coreaban "sesenta y uno", en referencia a los años que duró en el poder esa colectividad.

A partir de ahora, comienza lo que los medios locales han denominado la "alternancia".

La hegemonía de los Colorados es, simplemente, historia.

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