A minutos de haber terminado los comicios y con una serie de cruces por fraude electoral, se esperan los primeros datos oficiales. Cobertura especial de C5N con las imágenes del sufragio de los protagonistas de esta elección histórica
Algo más de 2.860.000 electores están habilitados para participar en las quintas elecciones generales libres desde el derrocamiento, en febrero de 1989, del dictador Alfredo Stroessner.
Los electores paraguayos pueden hacer historia hoy si confirman los pronósticos de una victoria en las elecciones presidenciales del ex obispo Fernando Lugo, que terminaría con 61 años de gobierno del Partido Colorado.
Al no tratarse de una elección más, hay sospechas de que se realice fraude. Ya se produjeron algunos disturbios con acreditaciones para periodistas que el Partido Colorado no quería dejar ingresar a algunos en los lugares de votación. También, se produjeron pleitos entre fiscales electorales de algunos partido políticos.
Los comicios se definirán en una primera vuelta y ganará el candidato que obtenga la mayor cantidad de votos. Los sondeos previos mostraron al candidato opositor Fernando Lugo como favorito para triunfar, aunque por un
estrecho margen respecto a su rival oficialista de centroderecha, Blanca Ovelar.
Los locales de votación abrieron alrededor de las 7 y cerraron a las 16. Uno de los primeros paraguayos en sufragar fue Lugo, quien llegó a una mesa de votación de un colegio en las afueras de la capital, en medio de un gran despliegue de periodistas locales y medios extranjeros. "Va a haber una gran participación ciudadana y eso nos hace estar motivados. Creo que va a ser una gran jornada histórica y lo recordaremos en la historia del país", dijo Lugo a periodistas minutos antes de votar.
Unas 2,8 millones de personas están habilitadas para sufragar en el país de 5,6 millones de habitantes, que tiene una de las economías más pequeñas de Sudamérica y la peor fama en materia de corrupción.
La candidata oficialista dijo antes de concurrir a un local de votación que espera ser "la primera mujer presidenta en haber dejado cinco años de Gobierno, con una alta popularidad y un pueblo que valora el esfuerzo de una mandataria".
Pese a que una buena parte de los locales de votación ya se encontraban habilitados para sufragar, algunas mesas receptoras aún no se constituían. El presidente electo asumirá el Gobierno el 15 de agosto.
Los inconvenientes que empañan la elección
Un intento de agresión al candidato opositor Fernando Lugo y riñas menores pautaron las primeras horas de las elecciones nacionales paraguayas.
El ex obispo católico Lugo fue increpado por simpatizantes del oficialista partido Colorado cuando llegaba a un local de votación, junto con su candidato a vicepresidente, Federico Franco. Por su parte, acompañantes de Lugo salieron en defensa del dirigente y hubo algunos forcejeos que obligaron a la policía a utilizar gases lacrimógenos para separar.
Las dificultades para la integración de algunas mesas, denuncias de intentos de maniobra contra algún ciudadano que quiso votar dos veces y violaciones a la veda electoral han sido las irregularidades comprobadas.
A pesar de esto, el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) aseguró que el sistema funciona a la perfección, "sin grandes novedades" y en un clima de "total normalidad".
Los primeros boca de urna indican una fuerte polarización entre dos candidatos aunque no se revelaron los nombres. Los tres aspirantes se dividirían en un favorito que marca la tendencia con un 41%, seguido muy de cerca por un 37,5%. Un tercero se ubicaría con el 15,5%.
Los electores paraguayos pueden hacer historia hoy si confirman los pronósticos de una victoria en las elecciones presidenciales del ex obispo Fernando Lugo, que terminaría con 61 años de gobierno del Partido Colorado.
Al no tratarse de una elección más, hay sospechas de que se realice fraude. Ya se produjeron algunos disturbios con acreditaciones para periodistas que el Partido Colorado no quería dejar ingresar a algunos en los lugares de votación. También, se produjeron pleitos entre fiscales electorales de algunos partido políticos.
Los comicios se definirán en una primera vuelta y ganará el candidato que obtenga la mayor cantidad de votos. Los sondeos previos mostraron al candidato opositor Fernando Lugo como favorito para triunfar, aunque por un
estrecho margen respecto a su rival oficialista de centroderecha, Blanca Ovelar.
Los locales de votación abrieron alrededor de las 7 y cerraron a las 16. Uno de los primeros paraguayos en sufragar fue Lugo, quien llegó a una mesa de votación de un colegio en las afueras de la capital, en medio de un gran despliegue de periodistas locales y medios extranjeros. "Va a haber una gran participación ciudadana y eso nos hace estar motivados. Creo que va a ser una gran jornada histórica y lo recordaremos en la historia del país", dijo Lugo a periodistas minutos antes de votar.
Unas 2,8 millones de personas están habilitadas para sufragar en el país de 5,6 millones de habitantes, que tiene una de las economías más pequeñas de Sudamérica y la peor fama en materia de corrupción.
La candidata oficialista dijo antes de concurrir a un local de votación que espera ser "la primera mujer presidenta en haber dejado cinco años de Gobierno, con una alta popularidad y un pueblo que valora el esfuerzo de una mandataria".
Pese a que una buena parte de los locales de votación ya se encontraban habilitados para sufragar, algunas mesas receptoras aún no se constituían. El presidente electo asumirá el Gobierno el 15 de agosto.
Los inconvenientes que empañan la elección
Un intento de agresión al candidato opositor Fernando Lugo y riñas menores pautaron las primeras horas de las elecciones nacionales paraguayas.
El ex obispo católico Lugo fue increpado por simpatizantes del oficialista partido Colorado cuando llegaba a un local de votación, junto con su candidato a vicepresidente, Federico Franco. Por su parte, acompañantes de Lugo salieron en defensa del dirigente y hubo algunos forcejeos que obligaron a la policía a utilizar gases lacrimógenos para separar.
Las dificultades para la integración de algunas mesas, denuncias de intentos de maniobra contra algún ciudadano que quiso votar dos veces y violaciones a la veda electoral han sido las irregularidades comprobadas.
A pesar de esto, el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) aseguró que el sistema funciona a la perfección, "sin grandes novedades" y en un clima de "total normalidad".
Los primeros boca de urna indican una fuerte polarización entre dos candidatos aunque no se revelaron los nombres. Los tres aspirantes se dividirían en un favorito que marca la tendencia con un 41%, seguido muy de cerca por un 37,5%. Un tercero se ubicaría con el 15,5%.
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