domingo, marzo 02, 2008

Chávez cierra embajada en Bogotá, envía tropas a la frontera

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(RPP) El presidente venezolano, Hugo Chávez, ordenó hoy el "cierre" de la embajada de Venezuela en Colombia y la movilización de 10 batallones militares en la frontera común, en un nuevo capítulo de una crisis bilateral que comenzó hace cinco meses.

El recrudecimiento de las tensiones se produjo tras la muerte del portavoz internacional de las FARC, "Raúl Reyes", a manos de las fuerzas militares colombianas en territorio ecuatoriano, lo que fue calificado por Chávez de asunto "muy grave" porque, en su opinión, significó la "violación de la soberanía" de un país por otro vecino.

"Ellos (funcionarios militares colombianos) reconocen incluso en su primera declaración haber invadido territorio ecuatoriano, lo cual es una cosa sumamente grave (...) ¡esto puede ser el comienzo de una guerra en Suramérica!", opinó el mandatario venezolano.

El Ministerio colombiano de Defensa anunció el sábado que "Reyes" y al menos otros 16 guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) murieron en una operación de tropas militares colombianas en territorio ecuatoriano.

Para Chávez, la muerte del "comandante revolucionario Raúl Reyes", por quien guardó un minuto de silencio, fue un "cobarde asesinato" ejecutado por el Gobierno "paramilitar, narcotraficante y lacayo del imperio" de su colega colombiano, el "presidente criminal" Álvaro Uribe.

El "cierre" de la embajada en Bogotá, acéfala desde que el 27 de noviembre pasado fue llamado a consultas por Caracas su titular, Pável Rondón, y el envío de tropas a la frontera son medidas en apoyo a Ecuador, resaltó Chávez en su dominical programa de radio y televisión "Aló Presidente".

Chávez llamó a consultas a Rondón en noviembre, seis días después de que Uribe decidió unilateralmente cesar la labor mediadora para el canje humanitario que desde hacía casi cuatro meses desarrollaba junto a la senadora opositora colombiana Piedad Córdoba.

El Gobierno colombiano no llamó a su embajador en Caracas, Fernando Marín, que, por ahora, sigue en Venezuela.

Al reiterar hoy su respaldo a Quito, Chávez argumentó que su par ecuatoriano, Rafael Correa, le explicó que "llamó a su embajador en Bogotá y ordenó la movilización de tropas militares hacia el norte" de ese país andino.

"Nosotros no queremos guerra, pero no le vamos a permitir al imperio norteamericano y a su cachorro el presidente Uribe y la oligarquía colombiana que nos venga a dividir, a debilitar", expresó

Chávez, un acérrimo detractor del capitalismo y defensor de lo que llama "socialismo del siglo XXI".

El jefe de Estado venezolano insistió en que Colombia, obedeciendo supuestos dictámenes de Washington, pretende convertirse en el "Israel de América Latina", pero advirtió a Bogotá que los Gobiernos que buscan la "unión" de la región no se lo permitirán.

Anoche, durante un consejo de ministros, Chávez se refirió a las circunstancias que rodearon la muerte de "Reyes" y se preguntó si Colombia "se va a convertir en el Israel de América Latina".

Por su parte, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, consideró ayer en un comunicado que la muerte de Reyes constituye un "duro golpe" al proceso para un canje humanitario, dos días después de la liberación unilateral por las FARC de cuatro ex congresistas colombianos.

Los ex rehenes, que siguen en Caracas tras su entrega el miércoles a una misión venezolana en la selva de Colombia, no han hecho declaraciones respecto a la operación colombiana en la que murió el portavoz de la guerrilla.

Nuevamente hoy, Chávez recordó que Venezuela y Colombia vivieron una crisis diplomática en 2005 a raíz del "secuestro" en Caracas del "canciller de las FARC", Rodrigo Granda, en una operación que no incluyó "bombardeos" pero fue "grave".

En su programa dominical, Chávez anunció Gobierno no participará en la próxima reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) prevista en Colombia a finales de marzo.

Además, dijo que "espera un pronunciamiento" de los países de la región respecto a las actuaciones del Gobierno "criminal" de Uribe.

Argumentó que las recientes acciones del "presidente subimperialista, lacayo y mentiroso de Colombia" han sido un "duro golpe" al proceso de integración suramericana.

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