Tres trabajadores franceses de una organización no gubernamental murieron apuñalados en Brasil, informó este martes la policía de la ciudad de Río de Janeiro.
El incidente se produjo en la oficina de los trabajadores, ubicada en las adyacencias del balneario turístico de Copacabana.
Las autoridades policiales dijeron que las víctimas eran dos hombres y una mujer, que fueron amarrados y, al parecer, torturados antes de ser asesinados.
Los ciudadanos franceses trabajaban para la organización Terra Activa, la cual concentra sus esfuerzos en educar a niños y jóvenes en algunos de los vecindarios más pobres de Río de Janeiro.
Dos sujetos fueron detenidos tras el ataque.
Esos crímenes ocurren en medio de una ola de violencia que se ha desatado en Río de Janeiro desde principios de año.
Durante los primeros días enero de 2007, el gobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral Filho, solicitó el despliegue de tropas federales en el estado para ayudar a combatir los delitos asociados con el narcotráfico y las pandillas.
Pequeñas, pero más violentas
Pero al parecer la violencia no es un problema exclusivo de las grandes ciudades brasileñas.Un estudio reciente publicado por la Organización Iberoamericana para la Educación, la Ciencia y la Cultura señala que los niveles de violencia en ciudades pequeñas del interior de Brasil exceden los niveles registrados en las grandes urbes como Río de Janeiro y Sao Paulo.
La investigación cita el caso de Colniza, una pequeña ciudad en el centro del país, en el estado de Mato Grosso, que posee la peor tasa de homicidios, cuatro veces mayor que la contabilizada en Río de Janeiro.
Otro de los hallazgos arrojó que de los 48.000 asesinatos cometidos en 2004, más de dos tercios se produjo en apenas el 10% de los municipios de Brasil.
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