Hugo Chávez, presidente de Venezuela junto a su homólogo iraní Mahmud Ahmadineyad
Congresistas norteamericanos y altos funcionarios aumentaron la presión para que el Departamento de Estado renuncie a su línea moderada y responda con más dureza a los ataques de Venezuela, con el riesgo de dar "más carne roja" al presidente Hugo Chávez, afirmaron analistas a la AFP.
El secretario de Estado adjunto para América Latina, Tom Shannon, que impuso un tono moderado a las reacciones de Washington sobre Venezuela desde hace más de un año, "se encuentra bajo presión dentro de la administración y también del Congreso", admitió Michael Shifter, vicepresidente del Diálogo Interamericano.
"Hay mucha frustración en Washington sobre lo que está haciendo Chávez", explicó el experto, después de que el designado número dos del Departamento de Estados, John Negroponte, rompiera con la línea diplomática de Shannon, al acusar el martes a Chávez de ser "una amenaza para las democracias de América Latina".
Daniel Restrepo, del Center for American Progress, cercano al Partido Demócrata, anticipó que la presión aumentará con la llegada de Negroponte al Departamento de Estado, al tiempo que reconoció que congresistas de ambos partidos también la aumentan, al "buscar la manera de hacer frente a Chávez".
De hecho, antes de las declaraciones de Negroponte, el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, ya había incluido hace dos semanas al presidente venezolano entre las "amenazas" para Estados Unidos en el mundo, al lado de la red extremista Al Qaida, Irán y Corea del Norte.
Por su parte, el representante republicano de Florida Connie Mack no pudo contener su furia y criticó severamente con nombre y apellido a Shannon por sus declaraciones moderadas, después que el Congreso venezolano le diera el miércoles al mandatario poderes especiales para gobernar por decreto durante 18 meses.
Su reacción "sugiere que el Departamento de Estado hace la vista gorda a pesar de la amenaza que representa Chávez para las Américas", se indignó, en un tono bastante similar al de los demócratas que piden un cambio en la política latinoamericana de Washington para frenar a Venezuela.
Los medios de comunicación estadounidenses también dedican mayor atención a Venezuela, al reproducir los insultos de Chávez y destacar la reciente visita a Caracas del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, máximo rival de Estados Unidos, así como las nacionalizaciones y los poderes especiales.
En este contexto, Shifter no dudó en atribuir las recientes declaraciones virulentas a la voluntad de demostrar que Washington sigue vigilando Caracas, cuando casi toda su atención se centra en Irak y Oriente Medio.
"Es el drama de la política hacia la región. Hay comentarios totalmente contradictorios, que mandan mensajes distintos. Es por falta de atención y de cohesión" entre los funcionarios norteamericanos, lamentó.
El desafío para Shannon será mantener su estilo. Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas, lo elogió por "haber sacado mucha retórica y muchos conflictos" a las relaciones con Venezuela, en alusión a sus dos predecesores Otto Reich y Roger Noriega.
A pesar de declararse convencido que Negroponte se centrará principalmente en Oriente Medio y Asia en el Departamento de Estado, el experto alertó sobre el peligro de volver a una política de declaraciones duras: "Creo que dar más resonancia al enfrentamiento con Caracas sería un error", advirtió.
Shifter coincidió: un regreso a los cruces de acusaciones casi diarios de antes de la llegada de Shannon "le daría más carne roja riquísima para Chávez, porque le permitiría responder" como lo hizo esta semana cuando acusó al presidente estadounidense George W. Bush y Negroponte de ser "criminales de guerra".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario