sábado, abril 14, 2007

Con 66% en favor del 'sí', Ecuador vota para decidir si realiza Asamblea Constituyente

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De concretarse este domingo, en consulta popular, los ecuatorianos serán los parteros de otra 'revolución' hacia el 'Socialismo del Siglo XXI' en América Latina. La del presidente Rafael Correa.

Pues no pretende cosa distinta, según sus palabras, al promover una Asamblea Constituyente para "transformar el marco constitucional del Estado y redactar una nueva Constitución", y sacar al país (así lo ha repetido desde su campaña presidencial) del laberinto al que lo llevaron los partidos tradicionales.

Basta con que haya convencido por lo menos a 3,1 de los 9 millones de electores.

Ssegún la encuesta Cedatos-Gallup de este viernes, el discurso gubernamental habría logrado que 66 por ciento de electores estén decididos a votar por el 'sí'.

Para los sectores sociales y la corriente que defiende la realización de la Asamblea, votar 'no' sería bloquear la posibilidad de que el país salga de la grave crisis de inestabilidad política, que lo llevó a tener siete presidentes en la última década.

Analistas y opositores al régimen, sin embargo, auguran que la intención de la Constituyente va más allá de un mero cambio constitucional.

"Este es un proceso similar y con las mismos objetivos que el ejecutado por el chavismo en Venezuela -dijo a EL TIEMPO el ex canciller y constitucionalista Edgar Terán Terán-. Busca el poder total, al igual que lo hizo (Hugo) Chávez".

Lo que llevaría a un alineamiento con el eje Venezuela-Bolivia, que para Terán es, a todas luces, inconveniente.

Desde la campaña presidencial, Correa se ha defendido de tal acusación: "Aquí nadie sigue la línea de Chávez; aquí seguimos la línea ecuatoriana, la de los ciudadanos, profundamente humanista, que quiere un cambio radical".

'Un cheque en blanco a Correa'

Terán, para justificar su argumento, denuncia que los asesores del proceso de la Constituyente venezolana, los españoles Roberto Viciano Pastor y Rubén Martínez Dalmau, son los mismos que asisten a Correa en "su proyecto totalitarista".

"La intención es darle al Presidente la facultad de legislar, juzgar, anular los organismos que amparan a los ciudadanos en sus derechos constitucionales y humanos, eliminar los organismos de control y controlar los medios de comunicación", subraya.

Correa, por su parte, no niega que la Constituyente podría cerrar el Congreso, cambiar la Corte Judicial, reversar la dolarización y hasta destituirlo.

Al igual que Terán, el ex presidente Fabián Alarcón, que en 1998 impulsó la última reforma constitucional, dice que anulará su voto, pues teme que el triunfo del 'sí' sea un cheque en blanco a Correa, "para que arme una Constitución a su medida y capte todos los poderes".

Por eso el ex canciller Heinz Moeller Freile observa: "La redacción de una nueva Constitución deberá ser sometida a otro referéndum, pero, durante su gestión, la Asamblea podrá transformar el marco jurídico del Estado a su gusto y parecer".

El jurista Milton Alava Ormaza, en contrario, considera que las particularidades de Venezuela y Ecuador son diferentes, y que los escenarios no permitirán que, de ganar el 'sí', Correa sea investido de un poder omnímodo y que la democracia colapse.

Para Alava Ormaza los peligros son, por ejemplo, que la Asamblea no sea mayoritariamente manejada por quienes apoyan a Correa y las reformas no lleguen a encarnar las aspiraciones de la izquierda.

"Se corre el riesgo de que las decisiones de la Constituyente se diluyan en una mazamorra de planteamientos inconexos, como reflejo de la dispersión de las fuerzas políticas que la integren", advierte.

Le sobra razón. Son pedagógicos los obstáculos que se ha encontrado Evo Morales para concretar su nueva Constitución en Bolivia por carecer de las mayorías.

Los peligros del 'no'

Se suman a esto los riesgos de la exagerada 'sobreventa' de los beneficios del cambio constitucional. En sectores populares, Correa no tuvo empacho en hacer, una vez más, una campaña populista, y presentar el proceso como la panacea a todos los males del Ecuador, desde la pobreza, el desempleo y la vivienda, hasta la salud.

Incrementó los bonos de 'desarrollo humano' y de vivienda, activó de emergencia líneas ultrarrápidas de microcrédito en la última semana, todo lo cual desató una fe religiosa en la Constituyente.

En cuanto a la restringida campaña por el 'no', las toldas opositoras esperan que la voz en contra de ex presidentes y personalidades locales, y la ignorancia masiva sobre qué significa el Estatuto de conformación de la Asamblea (que también se vota hoy), estimulen votos en blanco y nulos. El ex canciller Moeller ha denunciado que dicho Estatuto conlleva trampas y por eso no ha sido difundido "con claridad" al pueblo.

"La redacción de una nueva Constitución deberá ser sometida a otro referéndum, pero, durante su gestión, la Asamblea podrá transformar el marco jurídico del Estado a su gusto y parecer" puntualizó.

MAGGY AYALA SAMANIEGO
Para EL TIEMPO
Desde Quito

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