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BOGOTA (Reuters) - Tres presuntos guerrilleros de la mayor fuerza rebelde izquierdista de Colombia, acusados de haber activado un potente coche bomba en la ciudad de Cali, murieron el jueves en un enfrentamiento con la policía que buscaba capturarlos, informó un oficial de alto rango.
El director de la Policía Nacional, general Jorge Daniel Castro, dijo que una patrulla que intentó capturar a los acusados guerrilleros urbanos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue atacada a tiros y que en la reacción se produjeron las bajas.
"Murieron alias El Cura, alias Diego y alias Miguel, terroristas que están plenamente identificados que participaron en la bomba al comando de la Policía de Cali," expresó el oficial en una conferencia de prensa.
Un potente coche bomba fue activado el 9 de abril frente al comando de la policía de Cali, y la explosión casuó la muerte de una persona y heridas a 34 más, destruyó el edificio en donde operaba esa fuerza, decenas de locales comerciales y viviendas.
En la operación policial también fue capturada una mujer, acusada por la policía de haber organizado el ataque con el coche bomba.
Castro reportó el decomiso de un vehículo que estaba siendo acondicionado como coche bomba y la confiscación de 700 kilos de explosivos.
De acuerdo con fuentes policiales, las autoridades lograron ubicar a los integrantes de las FARC con base en información de ciudadanos alentados por el pago de una recompensa de más de 461.000 dólares ofrecidos por el Gobierno.
Las FARC son el grupo guerrillero activo más antiguo del continente, cuentan con alrededor de 17.000 combatientes y dicen luchar por imponer un sistema socialista en este país.
Los ataques con explosivos en ciudades y en apartadas zonas montañosas y selváticas son frecuentes como parte del conflicto interno de más de cuatro décadas que agobia a Colombia y que cobra miles de vidas al año.
Analistas aseguraron que con el ataque en Cali las FARC buscaban desprestigiar la política de seguridad del presidente Alvaro Uribe, quien con el apoyo de Estados Unidos aumentó el gasto militar y el número de efectivos de las fuerzas armadas, lo que permitió reducir las cifras de asesinatos, masacres, secuestros y los ataques.
Cali, capital del departamento del Valle, 250 kilómetros al sudoeste de Bogotá, fue sede del desmantelado Cartel de Cali, que controló en su apogeo un 80 por ciento del mercado mundial de la cocaína.
En los últimos años, aparecieron en esa ciudad otros carteles de narcotraficantes y la guerrilla aumentó su presencia por ser una región estratégica para el tráfico de drogas y de armas, según fuentes de seguridad.
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