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QUITO - El presidente Rafael Correa deja ver su confianza en obtener un triunfo en el referendo por el cual los ecuatorianos decidían el domingo si aprueban o no una asamblea constituyente de plenos poderes promovida por el mandatario, que tiene el objetivo de transformar el marco institucional del Estado.
"Hemos defendido y hemos logrado el derecho de expresarnos en las urnas y ojalá en el futuro todos los actores políticos adquieran esta cultura democrática, que nuestros conflictos y diferencias se resuelvan básicamente a través de las urnas", declaró Correa, que ha sido el principal promotor del "sí".
"Hay una victoria, la victoria del pueblo ecuatoriano", añadió, al mostrar su confianza en obtener un triunfo contundente.
El vicepresidente Lenin Moreno dijo tras votar, que "todo marcha correctamente y espero que así continúe".
Está previsto que a partir de las 17 horas (2200GMT) se divulguen los primeros resultados de una encuesta no oficial de 40.000 entrevistas a boca de urna.
Las autoridades han ofrecido agilizar el escrutinio para tener los primeros datos oficiales a la media noche, aunque tienen un plazo de cinco días para proclamar los resultados.
En el discurso inaugural de la jornada, el presidente del Tribunal Electoral (TSE), Jorge Acosta, dijo que "esperamos que sea un día trascendente en la historia de la patria" y señaló que este proceso es "una oportunidad excepcional para opinar y decidir, haciendo valer lo que significa el poder del voto".
En tanto, la policía precisó que 1.171 personas porque fueron detenidas por violar la ley seca vigente hasta el medio día del lunes y no podrán sufragar.
La organización Participación Ciudadana, que observa el referendo, indicó que la jornada se ha desarrollado con casi absoluta normalidad y que se registraron algunos aspectos irregulares o ilegales que no constituyen riesgos para el proceso.
Detalló que, pese a estar prohibido, se detectó material publicitario y proselitismo político al interior de los recintos electorales. Además, hubo confusión en la gente por falta de información sobre su mesa de votación, retrasos por falta de miembros en las juntas receptoras y un hombre detenido por portar papeletas adulteradas.
Los ecuatorianos deben responder: "¿Aprueba usted que se convoque e instale una Asamblea Constituyente con plenos poderes, de conformidad con el Estatuto Electoral que se adjunta, para que transforme el marco institucional del Estado, y elabore una nueva Constitución?".
Este es el segundo referendo acerca de una asamblea constituyente al que asisten los ecuatorianos en una década. El primero fue en 1997.
Pero en esta ocasión la consulta fue convocada por Correa, un economista que se declara cristiano de izquierda y amigo del presidente venezolano Hugo Chávez. Desde que era candidato en el 2006 impulsó tal propuesta aduciendo que el modelo del Estado vigente está "caduco" y dominado por las "mafias políticas".
En declaraciones desde Caracas, Chávez deseó el domingo "la mejor de las suertes al pueblo ecuatoriano y al presidente Correa, quien ha asumido con coraje, con valentía, el socialismo del siglo XXI y el llamado a Constituyente".
Los opositores al referendo liderados por el partido Unión Demócrata Cristiana y el Movimiento Libertario, han pedido votar "no" aduciendo que el presidente quiere llevar al país a una modelo parecido al de Venezuela.
Alrededor de 9,1 millones de ecuatorianos fueron convocados a votar, aunque se espera que cerca de 6,2 millones de ciudadanos hagan efectiva su decisión en las urnas.
Para conseguir la aprobación de la asamblea, Correa requiere el apoyo de la mitad de los votos consignados --válidos, blancos y nulos--, más un voto, lo que se ha estimado en alrededor de 3,1 millones de sufragios.
Desde 1997, Ecuador ha vivido una década de inestabilidad política reflejada en la presencia de ocho mandatarios, tres de ellos destituidos: Abdalá Bucaram (1997), Jamil Mahuad (2000) y Lucio Gutiérrez (2005).
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