jueves, abril 19, 2007

Latam: Lula paraliza los proyectos de Chávez sobre el Banco del Sur y la OPEP del gas

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La oposición de Lula al desarrollo del Banco del Sur y la conformación de una OPEP de gas han sido los dos hechos más destacados de la I Cumbre Energética Sudamericana que finalizó el martes en la isla Margarita, en Venezuela. Además, Chávez tuvo que recular en su rechazo al etanol tras conseguir que se aceptara el cambio de nombre del proceso de integración sudamericano que ahora se llamará Unión de Naciones Sudamericanas, Unasur.

El jefe del gabinete de ministros de Argentina, Alberto Fernández, negó ayer que Brasil mantenga una oposición "irreductible" al proyecto del Banco del Sur que impulsan su país y Venezuela con el apoyo de Bolivia y Ecuador. En unas declaraciones a la radio América de Buenos Aires dijo que "Jamás he visto de Brasil, ni de parte del presidente Lula (da Silva) ni de las autoridades brasileñas ninguna oposición irreductible".

"El Banco del Sur es un hecho que puede ayudar a fortalecer el desarrollo de infraestructura en toda la región", agregó Fernández.

Dijo que hacen falta "estudios, análisis" y "ponerse a trabajar y ver hasta dónde" se llega con el proyecto, que en principio apunta a crear un fondo de 7.000 millones de dólares para financiar obras de infraestructura, el desarrollo económico y el comercio regional.

Alberto Fernández, quien está en Madrid para participar de reuniones con Uruguay destinadas a reanudar el diálogo en el litigio que ambos países mantienen por la construcción de una papelera en territorio uruguayo, respondió así a informes de la prensa local sobre un nuevo rechazo de Brasil al Banco del Sur.

Los diarios de Buenos Aires destacaron que Luiz Inácio Lula da Silva dijo que "se tiene que definir" la meta del Banco del Sur, entre otras declaraciones efectuadas al concluir el martes la Cumbre Energética suramericana en isla Margarita (Venezuela). Indicaron que el presidente brasileño se preguntó además si el proyecto tendrá la finalidad de reemplazar al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o si apunta a sustituir al Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social (BNDES), la mayor entidad financiera de fomento de Brasil.

Esas declaraciones de Lula son similares a las que con anterioridad han hecho otras autoridades brasileñas en referencia a que ya existen organismos para financiar el desarrollo regional, como por ejemplo la Corporación Andina de Fomento y el Fonplata. Pero Fernández insistió en que "existe" la "predisposición" de Lula a crear el banco regional y remarcó "la importancia que el gobierno de Brasil" le ha dado a la relación "con Argentina, con el continente y el desarrollo regional".

A pesar de sus reparos, Brasil participa en las reuniones técnicas destinadas a definir las características operativas y la carta orgánica del Banco del Sur, cuya creación acordaron Argentina y Venezuela en febrero pasado, cuando invitaron a otros países a sumarse al proyecto.

En las reuniones técnicas participan además representantes de Bolivia y Ecuador, países que expresaron de inmediato su apoyo al proyecto, además de Paraguay.

La cita reunió a una decena de presidentes de la región durante menos de 24 horas, y fue un compendio de buenas intenciones formuladas en encuentros anteriores. Lula se mostró muy crítico con dos de los proyectos estrella de Hugo Chávez. Con respecto a la iniciativa del Presidente venezolano de crear una OPEP del gas, el brasileño evidenció su desagrado: "Ese organismo (en el que participaría la Argentina) equivale a cartelizar a los productores de gas. No lo aceptamos".

Asimismo, Lula paralizó el otro proyecto estrella de Chávez: constituir un Banco del Sur que sustituya como forma de financiamiento en América latina al FMI y al BID. Lula dejó claro que "esta reunión de la Isla Margarita no tenía como finalidad discutir esa institución financiera. Primero tenemos que debatir sobre qué es esa nueva institución. Eso es si tiene la finalidad de una especie de FMI regional, si pretende ser algo así como un Banco Mundial del área o, por ejemplo, se acerca al perfil del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil. Mientras no lleguemos a un acuerdo en este punto, todo lo demás no puede avanzar".

En cuanto al tema del etanol defendido por Lula y criticado por Chávez, la Cumbre finalmente optó por asumir una postura intermedia entre ambas posturas. En la Declaración final, los presidentes expresan su "reconocimiento al potencial de los biocombustibles para diversificar la matriz energética suramericana" y deciden intercambiar experiencias para lograr la eficiencia en el empleo de esas fuentes de tal forma que "promuevan el desarrollo social, tecnológico agrícola y productivo".

Hugo Chávez y Álvaro Uribe anunciaron la creación de "un Consejo Energético Suramericano". Además, según precisó Uribe "se crea el Consejo ministerial para ir dirigiendo todo lo que son los acuerdos suramericanos sobre energía".

La Cumbre puso "las bases para un acuerdo suramericano que incluya el tema del petróleo, del gas, de los combustibles alternativos, de los combustibles a partir de productos agrícolas como la caña, la palma africana, y el tema de la energía hidroeléctrica", indicó Uribe.

Además, comenzó a abordar "el tema de la interconexión energética con gas, con líneas de transmisión de energía", agregó el jefe de Estado colombiano, quien expresó su deseo de que todo lo hablado en Venezuela lo puedan llevar a la práctica. Por su parte, el mandatario venezolano informó que Venezuela presentó a los gobiernos suramericanos una propuesta "que promete ser el primer documento de un tratado energético suramericano".

Dicha iniciativa "fue recibida con beneplácito por todos" y los gobiernos suramericanos "ya comenzaron a hacerles sus aportes", dijo Chávez, en breves declaraciones en la entrada del hotel que fue sede del encuentro presidencial. La Cumbre Energética sirvió "para volver trizas (...) todas esas campañas artificiales" de discrepancias entre los países de la región sobre el tema energético y para "fortalecer los mecanismos de unión", aseveró Chávez.

La I Cumbre Energética Sudamericana comenzó ayer por la mañana oficialmente con la reunión conjunta de los mandatarios. El encuentro arrancó después de que los jefes de Estado se hicieran la tradicional foto de familia a la que siguió un largo discurso de Chávez, en el que repasó los proyectos que buscan integrar energéticamente a la región.

Chávez propuso la firma de un tratado energético para garantizar la provisión de fuentes de energía a todos los países de Sudamérica, un acuerdo que se asentaría en cuatro ejes: petróleo, gas, energías alternativas y ahorro energético. En este sentido, Chávez se mostró menos beligerante contra la producción de etanol, el proyecto que impulsa Lula. De todas formas aseguró que "es una estrategia válida cuidando que no afecte los alimentos".

En la Cumbre de la Isla Margarita, a unos 300 kilómetros de Caracas, se reunieron los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Bolivia, Evo Morales; de Paraguay, Nicanor Duarte; de Ecuador, Rafael Correa; de Chile, Michelle Bachelet y de Colombia, Álvaro Uribe, además de su anfitrión venezolano. Estuvieron también el vicepresidente de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, en representación del presidente Tabaré Vázquez, y los primeros ministros de Guayana, Sam Hinds y de Surinam, Gregory Rusland. En el último momento se indicó que no acudiría a la cumbre el presidente de Perú, Alan García.

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