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CARACAS (AFP) - La movilización en Venezuela a favor y en contra de una reforma constitucional de corte socialista que será sometida a referendo en diciembre, dio un giro tras los incidentes del miércoles en la Universidad Central, entre llamados del gobierno y opositores a evitar la violencia.
Con distintos tonos, la iglesia católica, los rectores y estudiantes de las universidades y el parlamento coincidieron este viernes en deplorar la violencia callejera, mientras se preparan grandes marchas de los partidos que propugnan el No a la reforma el sábado y el oficialismo la próxima semana.
"Es preciso evitar los enfrentamientos violentos entre los venezolanos", indicó este viernes en un comunicado la Conferencia Episcopal, dos días después de los incidentes en la universidad que dejaron nueve heridos, tres de ellos por bala.
Venezuela "vive momentos de gran intensidad política, que han llevado a legítimas manifestaciones estudiantiles pero también a actos de violencia verbal y física que perturban la paz", indicó la jerarquía católica.
Las protestas "no se deben satanizar dándoles a priori connotación de 'conspiración desestabilizadora'", indicaron los prelados aludiendo a las versiones oficiales sobre los incidentes.
"Nadie tiene derecho a agredir, descalificar u ofender a quienes disientan de su opinión", puntualizaron los arzobispos de Maracaibo, Ubaldo Santana, de Coro, Roberto Lückert, el cardenal Jorge Urosa, arzobispo de Caracas y el obispo de Puerto Cabello, Ramón Viloria.
"Están buscando un muerto de ellos mismos, porque no tienen escrúpulos para matar a uno de los que lo apoyan y después generar en el país y al mundo una matriz de opinión que es el gobierno el asesino", dijo la presidenta de la Asamblea Nacional, Cilia Flores.
La titular del poder legislativo culpó a algunos medios de comunicación críticos del gobierno de promover la violencia y agregó que "es bueno preguntar a quién beneficia la violencia, a quién beneficia que haya heridos y muertos".
El pleno del Congreso unicamereal exhortó la noche del jueves por unanimidad al ministerio Público a "abrir una investigación y establecer responsabilidades sobre los hechos de violencia ocurridos en las universidades del país".
El parlamento, controlado por el oficialismo, acordó convocar un encuentro con las autoridades universitarias y los estudiantes "tanto los que apoyan al proceso revolucionario como los que defiende el N0 ante la reforma constitucional".
Los rectores de las universidades del país celebraron una reunión este viernes con el ministro del Interior, Pedro Carreño, para examinar las agresiones entre los estudiantes que hacen campaña por el Sí y por el No.
El sacerdote jesuita Luis Ugalde, rector de la Universidad Católica Andrés Bello, se comprometió a impedir hechos de violencia y armas de fuego dentro de su universidad, y llamó al gobierno y los sectores opositores a "construir juntos un país inclusivo".
Carreño prometió que "no vamos a asumir un rol de enfrentamiento (...) no vamos a permitir que la situación se nos vaya de las manos (...) aquí no hay interés de favorecer a un grupo y de desfavorecer a otro".
El presidente Hugo Chávez dijo este viernes que las protestas de estudiantes son "una nueva arremetida fascista", impulsada por el gobierno de Estados Unidos y los grupos oligárquicos venezolanos, en su discurso en la primera sesión de la Cumbre Iberoamericana de Santiago.
Chávez acusó que la movilización en contra de su iniciativa de reforma, que permitirá la reelección presidencial sin límite de veces y otorga nuevos poderes al Ejecutivo, se trata de "una nueva arremetida fascista", orquestada por Estados Unidos y los grupos oligárquicos venezolanos.
El mandatario aseguró que "son los mismos que apoyaron el Golpe de Estado de abril" de 2002, cuando lo separaron del poder durante dos días. "Son las clases ricas las que quieren mantener su cohesión social", agregó Chávez con ironía, en alusión al tema central de la Cumbre Iberoamericana.
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