viernes, noviembre 09, 2007

Papeleras: "sombra" en la Cumbre de Chile

Servicios Google/BBC, América Latina

Max Seitz, BBC Mundo, Cono Sur
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El conflicto entre Uruguay y Argentina por la instalación de una planta papelera amenaza con ensombrecer la Cumbre Iberoamericana que tiene lugar en Santiago de Chile.

La fábrica de celulosa de la empresa finlandesa Botnia, que está en el centro de la controversia, comenzó a funcionar este viernes en territorio uruguayo luego de que el presidente Tabaré Vázquez autorizara su puesta en marcha.

Horas después de recibir la habilitación, la planta situada en la margen oriental del río Uruguay, que sirve de límite entre ambos países, encendió las calderas.

El ministro uruguayo de Medio Ambiente, Mariano Arana, explicó que, una vez concedida la autorización, estaba en manos de Botnia la decisión de en qué momento comenzaría a producir.

En inicio de operaciones desató el malestar de Argentina, que se opone a la fábrica por considerar que contaminará las aguas del río Uruguay.

Por su parte, el gobierno de Montevideo insiste en que el efecto ambiental será controlado y que Botnia representa una inversión vital para el país.

Durante su discurso en la Cumbre Iberoamericana, el presidente argentino, Néstor Kirchner, se manifestó "dolido" por la decisión uruguaya, la cual dijo no comprender.

También pidió perdón al rey Juan Carlos de España, país que actúa como facilitador en el conflicto: "Le pido disculpas porque le solicité que medie en el problema con Uruguay. Hizo un esfuerzo tremendo. Nunca lo quise colocar en una situación difícil".
Comparación

A su turno, Vázquez se quejó de los ambientalistas argentinos, que rechazan la planta de Botnia cortando los pasos fronterizos entre ambos países, y comparó sus acciones con el bloqueo que realiza Estados Unidos contra Cuba.

Tabaré Vázquez y el rey Juan Carlos de España
Vázquez se quejó de los ambientalistas argentinos.
Uruguay ya había advertido que no iba a haber avances en las negociaciones hasta que los manifestantes abandonaran los piquetes, los cuales -aseguró- afectan su economía.

De todas maneras, Kirchner y Vázquez coincidieron en algo: la necesidad de impulsar el diálogo en un diferendo cuya solución los analistas ven cada vez más lejana.

El grado de rispidez al que llegó la relación bilateral quedó en evidencia luego de que Vázquez ordenara este viernes el cierre del paso fronterizo entre la ciudad uruguaya de Fray Bentos, donde se encuentra Botnia, y la localidad argentina de Gualeguaychú, epicentro de los reclamos de los ambientalistas.

Además, la fuerza aérea de Uruguay dispuso una restricción para cualquier vuelo que pase a menos de cinco kilómetros de la planta papelera.

Por su parte, Argentina citó al embajador uruguayo en Buenos Aires, Francisco Bustillo, y le entregó una carta de protesta por la autorización dada a Botnia por considerar que "agrava la controversia".

Reuniones sin progreso

La habilitación se otorgó luego de que no se produjeran avances en el diálogo entre las delegaciones de Argentina y Uruguay en la Cumbre Iberoamericana, con la facilitación de España.

Néstor Kirchner dijo sentirse "dolido" por la decisión uruguaya.
El conflicto bilateral ha llegado hasta la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que aún debe pronunciarse sobre el fondo de la disputa.

El gobierno de Buenos Aires denunció al de Montevideo ante ese tribunal por supuestamente violar el tratado del Río Uruguay al decidir unilateralmente la instalación de Botnia, algo que los uruguayos niegan.

El año pasado, la Corte de La Haya rechazó un pedido argentino de frenar la construcción de la planta hasta que hubiera un fallo sobre el diferendo.

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